28 de mayo, Miércoles
Itinerario: Roma. San Luis de los franceses-Sta. Mª Sopra Minerva-Campo di Fiori-Trastévere-Pza de Venecia-Foros de Trajano y Augusto
Pernocta: L.G.P. - Camper Parking . Roma. (41.8748,
12.5544).30 euros
Hoy íbamos a dedicar el día a sitios menos turísticos por lo que
preveíamos que iba a ser tranquilo.
Trazamos una pequeña ruta apoyados por los mapas de google, como
siempre. Su ayuda para las visitas durante estos días, ha sido inestimable.
Gracias a ella hemos ido introduciéndonos y saliendo de laberintos intrincados
para encontrar los lugares que habíamos seleccionados. Ayer descubrí otra forma
como era señalar los lugares y guardarlos en una carpeta para luego ir de punto
a punto ahorrándome buscarlos sobre la marcha. Al estar localizados solo tenía
que iniciar la ruta desde el punto anterior. Nunca dejo de descubrir cosas
nuevas en estas aplicaciones que si reconozco que nos atan, también que nos
facilitan y ahorran mucho tiempo. Todavía está en mi memoria la de veces que
nos hemos perdido, la de veces que hemos preguntado y tratado de comprender lo
que nos decían, el tiempo empleado, la energía dedicada….y los enfados. Ahora,
con los Smartphone todo es mucho más fácil y somos capaces de movernos por
auténticos laberintos sin apenas perdernos. Y añadimos….la “Inteligencia
Artificial”…
La historia de esta iglesia alberga parte de la historia de Francia,
pero lo que a nosotros nos interesa son los Caravaggios. Y aunque había gente,
el grupo era pequeño y pudimos disfrutar de la luz que irradian estos tres lienzos:
El Martirio de San Mateo, la primera obra que realiza el artista, donde toda
la escena entera está rodeada de oscuridad, La vocación de San Mateo, en la que,
siguiendo algún consejo, me recreo en el motivo principal de la obra, el rayo
de luz que la cruza y que proviene de
una ventana escondida. Es de todas ellas, la que más consigue atraerme quizás
por el juego de luces y sombras, y por último, San Mateo y el ángel. Y fascina la fuerza expresiva y la belleza de
estas obras
Desde allí fuimos hacia la Basílica de Santa Maria Sopra Minerva
que lei que era la más bonita de roma.
La basílica se encuentra en la Plaza de la Minerva que está adornada en el centro por un obelisco egipcio del siglo VI, y para el cual Bernini diseñó la elegante base con el elefante, llamado "Pulcino de la Minerva" por su tamaño.
Y accedemos a su interior. Es realmente hermosa y su reciente restauración acrecienta su belleza. Está considerada la única iglesia gótica de Roma aunque su fachada es predominantemente románica y fue construida sobre (sopra) un templo pagano, dedicado a la diosa Minerva. Como la propia ciudad, la basílica ha sido víctima y testigo de los tiempos a lo largo de su dilatada historia y como curiosidad señalar que el proceso de Galileo Galilei terminó en las salas del complejo. En ese lugar, el científico pronunció su renuncia a la teoría copernicana ante los cardenales del Santo Oficio en el siglo XVII.
Igualmente se pueden encontrar las tumbas de varios papas y otras
figuras destacadas.
Nos deleitamos en su contemplación para poner el siguiente destino, Campo
de Fiori. Y atravesamos por un lugar donde los mercedes, brillantes,
impolutos, con sus chóferes impecables acompañados por la policía
abundaban. Preguntando a “San Google”
supimos que habíamos pasado por las inmediaciones del edificio oficial del Senado de la República
Italiana, conocido como el Palazzo Madama.
En época medieval, toda esta zona se convirtió en el centro de la
ciudad, y Campo de' Fiori en el corazón de la vida ciudadana, donde se
celebraban las fiestas populares y los torneos.
Ahora solo nos quedaba atravesar el río Tiber para internarnos en uno
de los barrios más populares de Roma, el Trastévere.
Al haber sido un barrio pobre y marginal ha quedado excluido de las grandes remodelaciones urbanísticas y gracias a ello, conserva buena parte de su trazado medieval, con estrechas callejuelas y pintorescos rincones, que hoy le dan gran encanto.
Paseamos sumergidos en esta peculiar atmósfera que casi nos resultaba
extraña por ser quizás la más genuina de la ciudad. Pasaban ya las 12 horas y
no encontramos en nuestro camino ningún
baño público por lo que la necesidad se hizo urgencia. Entramos en un bareto a
tomar un café y agua, pero nos dijeron que las mesas eran para comer y que lo
teníamos que tomar en la barra. No importaba. Café y agua, 2,50, más barato que
pagamos en los baños el primer día en el castillo de Sant Angelo.
En algunas calles, los
restaurantes se sucedían unos a otros. Llegamos a una plazoletilla donde tenían
un menú por 15 euros compuesto por el antipasto, primer y segundo plato y postre. Lo único que
no incluía era el agua. Nos pareció adecuado, no tanto la hora que pasaba cinco
minutos de la 13. Pero mientras nos sentamos, pedimos y nos sirvieron, llegaron
las 13.30, hora italiana de comer.
Cenaríamos más pronto.
Este edificio fue levantado en buena parte con material de desecho. Las columnas de la nave central, por ejemplo, fueron reaprovechadas de las Termas de Caracalla. Y aún así, se consiguió crear un espacio armonioso y elegante: la mejor creación arquitectónica de Roma en el siglo XII.
Su obra más valiosa son los mosaicos del ábside, realizados en dos
periodos distintos durante los siglos XII y XIII. El artesonado del techo es
también de una gran belleza.
De regreso hacia la Iglesia del Gesu, cerrada cuando llegamos y como abría a las 16,30 y tan solo eran las 14, nos
dirigimos a las siguiente “estrellita” de nuestro mapa particular que indicaba
la Plaza de Venecia, donde se encuentra el monumento a Vittorio
Emanuele II o la “máquina de escribir” como la llaman popularmente los
romanos.
Y este lugar está muy vinculado a mi memoria ya que tengo una clara y
nítida imagen de cuando visitamos esta ciudad hace 40 años. Recuerdo que
permanece muy vivo y que pese al transcurso de los años, no ha cambiado.
Ahora ya regresamos al metro y caminamos al lado de los Foros de
Trajano y de Augusto. Ambos fueron construidos para expandir el Foro
Romano y albergar funciones políticas, comerciales y religiosas.
Había gente visitando este foro, pero estábamos un poco cansados de tanta piedra, casi empachados, no éramos capaces de asimilar más así que continuamos caminando hasta el foro de Augusto, cerrado al público pero visible también desde arriba y que albergaba el templo de Marte Ultor
Pero toda la Vía de los Foros Imperiales estaba con vallas y obras, estas
últimas corresponden la línea C del metro y las vallas, a algún acto que se
celebrará ya que están colocando gradas y asientos a lo largo de la avenida.
Y de pronto rescaté de mi memoria una imagen de esta vía, descendiendo
de un autobús que nos traía al Coliseo y que correspondía a 40 años atrás. La
misma imagen que tenía ahora, como si nada hubiera cambiado. Y para nosotros,
había pasado toda una vida. Llegamos aquí casi recién casados, llenos de
ilusiones, comenzando nuestro camino en común. Ahora regresamos teniendo dos hijos adultos, un nieto, jubilados y
habiendo cumplido algunos sueños, y otros, no. Pero sanos, vinos y juntos aún.
Y ya, a las 15,30 dimos por terminada nuestra visita por hoy, y pusimos fin a tres días completos y un poco de la tarde del primero. El reloj de Angel ha calculado una media de unos 13 o 14 km diarios lo que quiere decir que en estos tres días nos hemos caminado más de 40 kilómetros. Si las ciudades se conocen con los pies….a esta la hemos conocido bastante aunque somos conscientes de que nos hemos dejado muchos más sin visitar, como las Termas de Caracalla, la Domus Aurea (solo fines de semana), regresar a la Villa Borguese, a los Museos Vaticanos, alguna catacumba o intentar por segunda vez Santa Maria Magiore aunque pensar en posibles colas para ver la tumba de Francisco me ponía los pelos como escarpias y ni lo hemos intentado…o sencillamente, dedicar más tiempo a los lugares que hemos visitado en estos días.
A Roma, la “Ciudad Eterna” se le pueden dedicar todos los días que se
piensen, y aún más. Y a nuestro ejemplo me remito, que pensábamos simplemente
dedicar unos días a pasear porque creíamos que poco habría que descubrir y
hemos encontrado rincones y lugares maravillosos y hermosos y hemos echado de
menos disponer de más tiempo. Y pocos lugares hemos repetido.
Un viaje precioso, por una región menos turística que otras de Italia
como la de los Lagos o la Toscana o Nápoles con Pompeya o la costa Amalfitana,
pero tiene el encanto de que hay gente en su justa medida lo que hace que no
pierda su esencia, su identidad, como creo que ocurre en Roma o en las otras
regiones de este país masificadas como las Dolomitas, Venecia e incluso la propia Toscana que
visitamos hace un par de años, y eso que fue a finales de septiembre.
Mañana solo nos queda repasar lo que podamos necesitar para pasar casi
24 horas en el barco, recogerlo todo y partir a Civitavecchia lo que haremos
sobre las 11,30. Allí buscaremos el sitio donde pernoctamos la primera noche en
busca de tranquilidad y sombra para hacer una espera cómoda y sobre las 18
horas nos acercaremos al puerto para ponernos en la cola y embarcar.
Tendremos que pedir si es posible que nos cambien la cabina y en vez de
ser “exterior con vista obstruida” que sea solo “exterior”, porque son muchas
horas de viaje y poder asomarse a la ventana y contemplar el mar….es un punto.
29 de Mayo, Jueves
Itinerario: Roma-Civitavechia. Embarque
Con mucha tranquilidad abandonamos esta área que ha resultado ser muy agradable, para poner rumbo a Civitavecchia al lugar donde pasamos la noche. Allí llegamos cerca de la hora de comer. Habían cortado la hierba por lo que nos pudimos cobijar bajo la sombra de sus enormes pinos y allí permanecimos hasta las 18 horas en que decidimos bajar al puerto.
Pero una vez aquí comenzó nuestro particular “peregrinaje”, por
llamarlo de alguna manera, porque comenzó siendo una pesadilla.
Cuando voy a hacer el checking pido que por favor nos den una cabina
exterior y no con vista obstruida, asumiendo mi error. Pero mi sorpresa fue mayor cuando me
dijo que no teníamos ninguna cabina reservada. Me quedé perpleja. No lo
comprendía y me costó procesar la realidad. Cuando conseguí reaccionar la pedí
que me buscara una libre pero por más que miró no encontró ninguna. Todo el
ferry iba completo y me dijo que hasta las 21.30 no se cerraba el checking. Era
entonces cuando podrían ver si alguien
había cancelado o no se había presentado. Que en la recepción del barco
intentarían arreglarlo.
La realidad era que no teníamos
donde pasar 23 horas de navegación que incluía además una noche entera, pero además
me percaté que tampoco teníamos pagada una butaca así que regresé para abonar
dos butacas, pero esto después de llamar a Grimaldi en Barcelona y de que me
dijeran que el error había sido mío y no del sistema como sospeché inicialmente.
Y es que cuando compré los billetes de regreso el sistema me preguntó
si quería copia y yo pensé que esa copia
se refería a TODO - y no solo a nuestros
datos y los del vehículo- , por lo que respondí que sí y no continué con el
proceso, cerrando la compra de los billetes sin hacer reserva de la cabina
Una vez embarcados nos dirigimos
a la sala donde se encontraban las butacas. Había gente que echaba colchonetas
o sacos de dormir en el suelo. Y después de comprobar “comodidad” de las butacas pude comprenderlo.
Aquello era más bien una silla de tortura: eran sillones rígidos de plástico
que no se reclinaban ni permitían que se subiera el brazo, para unir dos, así
que te obligaba a estar literalmente como un “cuatro”. Y me entró una mayor
desesperación que me impulsó a subir a
la recepción a contar mis penas.
Y allí una gran cantidad de gente se acumulaba, supongo que para el
checking. Cuando llegó mi turno le conté lo pasado y con una frialdad sorprendente
que contrastaba con mi desesperación, me
dijo que no había ninguna cabina disponible y que me apuntara en una lista, que
irían llamando por orden. Y claro, habiendo embarcado de los últimos como
suelen hacer con las autocaravanas, teníamos bastante gente delante de
nosotros. Pensé que no nos llegaría.
Como me quedé parada, tratando de procesarlo todo, secamente me dijeron que regresara
cuando el barco zarpara. Y sobre las 22 horas lo hice. Pero recibí una gran reprimenda
porque aún no sabían nada a lo que respondí acobardada que yo, desde la sala de
butacas, no podía saber si el barco había zarpado o no. Por la hora, que pasaba
media de la prevista para la partida, solo lo deduje. Me enviaron de vuelta
hasta las 23 horas.
Cerca ya de esta hora únicamente había oído que por los altavoces
llamaban a un pasajero para que acudiera a recepción así que extrañada regresé.
Y esperé pacientemente a que no quedara nadie por atender en el mostrador.
Delante de mi vi como dieron una llave de cabina a una pareja y como un
camionero español pidió otra porque necesitaba enchufarse a un aparato para
dormir y las literas de la parte superior carecían de enchufe y sin aparentemente
realizar ninguna búsqueda, le entregaron una llave. Pensé entonces que habría
cabinas libres.
Me acerque al mostrador y esperé. Había tres jóvenes atendiendo. Entre
ellos reían, hacían comentarios, una consultaba su teléfono, pero yo…parecía
invisible. Y así permanecí hasta que una de ellas, sin preámbulo alguno, se
dirigió para preguntarme en inglés por mi apellido. Luego me dijo en italiano
un importe que yo aboné y me dio la llave de un camarote.
¡Por fin!!!. Como un niño con zapatos nuevos me fui a buscar a Angel
que esperaba en la “sala de tortura” a ser rescatado. Y fuimos a él
Vaya por delante que agradecí inmensamente la posibilidad de tener un
sitio privado para nosotros, poder
estirarnos, tumbarnos, ducharnos…pero el camarote que nos dieron yo creo que
era el peor de todos. Una caja, sin ventana, uno interior pero en la zona de
los camioneros y al lado de un cuarto
donde guardaban utensilios de limpieza con lo que a las 7 am comenzamos a
escuchar golpes, carros, gente hablando. Pero repito. Un palacio para nosotros.
Y allí pasamos gran parte de la travesía hasta que llegamos al puerto.
A CASA
30 de Mayo, Viernes y 31 Sábado.
Itinerario: Puerto de Barcelona-Santa Coloma de Cervelló-Boadilla del Monte
Pernocta: Area de autocaravanas de la Colonia Gúel (41.3648, 2.0256)
Desembarcamos y nos dirigimos al área de autocaravanas de la colonia Güel (41.3648,
2.0256) en Santa Coloma de Cervelló. Yo tenía señalados algunos posibles
lugares más porque había leído que solía
estar llena y era un viernes por la noche, pero cuando llegamos había espacio
suficiente para todos.
Nos acercamos a mirar si el sistema de pago había cambiado, ya que hace
dos años resultaba problemático y los comentarios apuntaban a lo mismo. Hace
dos años al encontrarme este mismo problema, escribí al ayuntamiento para
agradecerles el lugar sugiriendo que cambiaran el sistema de pago a otro más
sencillo. Ni respondieron, ni, como comprobamos ahora, lo cambiaron. Pero una
catalana que debía de pasar mucho tiempo en esta área nos dijo que no había
ningún problema, que la policía lo sabía, así que nos dispusimos para cenar y a
dormir.
Y nos dispusimos para pasar nuestra última noche de este viaje. Yo
desde hace unos meses tengo que dormir con tapones de cera por lo que no suelo
oir nada, pero un fuerte ruido me despertó. Al parecer había un turismo
haciendo trompos pasando muy cerca de las autocaravanas y en uno de ellos chocó
contra el tronco de un árbol. Menos mal que no fue contra uno de nosotros. Unos
jóvenes posiblemente borrachos. Alguien llamó a la policía, pero no llego a
tiempo y cuando lo hicieron les entregaron una grabación de lo sucedido. Al
parecer el coche no tenía seguro y el conductor carecía de carnet. Una joya.
Después la noche transcurrió sin más incidentes y a la mañana siguiente después
de desayunar partimos para casa a donde llegamos por la tarde.
Para terminar el relato añadir que envié un email a Grimaldi (en italiano y castellano) describiendo lo
sucedido, y quejándome del trato recibido, de la falta de asertividad, de la
frialdad con la que fuimos tratados. Nos respondieron en perfecto italiano que
lo investigarían. Dos meses después deben seguir investigando lo sucedido
porque no tengo ninguna información más.
Nos pidieron disculpas y nos enviaron en bono de descuento del 20% para
nuestro próximo viaje a canjear antes de junio del año que viene.
Su respuesta no me ha complacido nada. Hablaba de la actitud de unos
jóvenes empleados con respecto a sus pasajeros. Yo creo que tenían la solución
en su mano y no quisieron aplicarla. Creo innecesario las malas horas que nos
hicieron pasar.
Lástima de este final que empañó un viaje por una región preciosa y
algo desconocida de Italia. Y como siempre, el mejor recuerdo, el que perdurará
en el tiempo, el de sus gentes, especialmente la empleada o dueña del camping
en Torre del Orso y de Franco, en
Caserta. Y la peor, guardada en el baúl de los malos recuerdos, la de los
empleados de recepción de Grimaldi del barco de regreso de los que me
sorprendió su carencia de empatía, su frialdad a pesar de su juventud.

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