Volare, oh, oh
Cantare, oh, oh, oh, oh

Nel blu dipinto di blu
Felice di stare lassù.
E volavo, volavo felice
Più in alto del sole
Ed ancora più su,
Mentre il mondo pian piano
Spariva lontano laggiù
Una muscia dolce suonava 
soltanto per me

 

Azul, pintado de azul
Feliz en este cielo azul
y volando, volando feliz
mas alto que el sol
e incluso mas alto
mientras el mundo desaparecía
lentamente abajo
una dulce música 
tocaba solo para mi
(Volare nel blu dipinto di blu
Dominico Modugno)


La Apulia, o Plugia es una región italiana del sureste que comprende desde el "espolón" de la bota hasta el "tacón". Es una descripción curiosa y quizás poco adecuada para hablar de una región cargada de historia, de paisajes, de mar, donde el turismo es principalmente nacional.

Durante aproximadamente 10 días completos recorrimos pueblos y ciudades desde el Parque de Garganico donde el color verde de los pinos que pueblan las laderas se mezcla con el azul del mar, hasta Gallipolis, pasando por su capital, Bari y por ciudades tan emblemáticas como Polignano al Mare, Monopoli, Ostuni, Otranto o la sorprendente y única Alberobello o la blanca Lecce, entre otras menores. Y describiendo un círculo, visitamos la indescriptible Mátera,  para posamos en Caserta,  hasta terminar en la eterna ciudad de Roma.

Y en esta región aún se puede saborear Italia sin la masificación turística que sufren otras regiones como La Toscana, Veneto o Lazio.

Un viaje apasionante por una región tranquila, con un turismo "manejable" del que conservo imágenes de lugares únicos como  la singular  ciudad de Alberobello difícil de calificar, o Mátera en la caminamos por un gigantes belén, de rincones como del anfiteatro romano Campano en Caserta en donde hicimos un viaje en el tiempo, pero sobre todo y como siempre, de sus gentes, cada una con sus historias, con sus pequeños dramas o alegrías.

Y de ellas, no debería dejar de destacar dos personas únicas por su vitalidad, por su fuerza, por su generosidad. De una de ellas, desconozco el nombre, alguien anónimo, empleada o dueña del camping en que nos alojamos en Torre dell'Orso, una fuerte madre aquejada con el peor dolor,  y la otra, de Franco, (Francesco) del área de Caserta, de frágil apariencia pero de una energía desbordante. Como siempre, son los mejores recuerdos de este viaje por tierras italianas.


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